En estos días he comenzado a estudiar La Divina Comedia de Dante, ese libro que contiene misticismo y una gran atracción a quien lo lee. Ese viaje que hace Dante a trabes de 3 reinos (infierno, purgatorio, y paraíso) que desde los principios de la humanidad han estado presentes, formando parte de culturas y religiones.
Dante forma parte de una serie de autores que sin ninguna explicación se sumergieron en algo inexplicable que luego formo parte de sus escrituras o pinturas (como en el caso de Edvard Munch, Goya o El Bosco).
Uno de estos autores es Jung, un hombre que se enfrento a fenómenos paranormales. Construyo un castillo en un lugar donde el aire es totalmente extraño, como ocultando una verdad que cambiaria nuestra forma de pensar. Jung ante hechos paranormales en su residencia prefirió no huir y observarlos, contemplarlos y registrarlos con su pluma.
Pero con respecto a Dante hay algo que no todos sabemos porque simplemente no es muy hablado o porque vemos el producto dejando de lado su origen; Dante murió a poco tiempo de terminar el tercer reino, el paraíso.
Al morir Dante sus hijos decidieron terminar lo que su padre empezó, entonces comenzaron con ayuda de amigos del escritor a juntar los 3 reinos para formar el libro de La Divina Comedia, pero algo andaba mal, el tercer reino no estaba por ninguna parte. Días después se supo por parte de Giovanni Boccaccio (escritor contemporáneo, que hacia los prólogos para Dante) que uno de los hijos de Dante tubo una visión de su padre el cual le indicaba un lugar, el lugar donde se encontraba el paraíso.
Como una necesidad del autor tal vez de que eso se encontrase y que se supiera que ese lugar, tal vez el paraíso, no esta perdido.
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